Acentores y moritos para preparar el curso 24/25

Como todos los años, os queremos presentar a algunas amigas emplumadas que hemos conocido durante nuestros periplos vacacionales, desde el escribano montesino y el halcón peregrino del Montseny al acentor común y el águila calzada de la sierra de Béjar, pasando por el morito y la gaviota de Audouin del delta del Torderá. Sin olvidar el pajareo rural con golondrinas, carboneros, trepadores, arrendajos, oropéndolas… También adelantamos que se aproxima un curso 2024/2025 de lo más entretenido, con numerosas aulas en los parques con centros escolares, pero también con actividades y rutas novedosas para todos los públicos.

Acentor común sobre uno de los hitos de las sendas de la sierra de Béjar (Salamanca)

¿Qué sería de nuestras vacaciones sin las aves? Sin verlas, oírlas, identificarlas, admirarlas, sin disfrutar con sus vuelos, sus cantos, sus escenas de caza o de cuidado de crías… ¿Qué hubiera sido, por ejemplo, de nuestra ascensión al techo del macizo del Montseny (Barcelona), el Turó de l’Home (1712 metros), con la dureza que añade hacerla a las cuatro de la tarde de estos últimos veranos tan calurosos, si no nos hubieran acompañado escribanos montesinos, pardillos, cernícalos vulgares, un halcón peregrino o una culebrera europea?

Al comienzo del verano tenemos apuntada una ruta por la Dehesa de Cobeña, en la provincia de Madrid, con numerosas especies de aparición común y otras no tanto, como el chorlitejo chico; otra por el pueblo de Valdeolivas y su entorno, en Cuenca, con encuentros interesantes con alcaudones y cogujadas comunes; y otra por el río Bernesga a su paso por la ciudad de León, durante la cual, y gracias a la compañía por momentos de un experto en la zona, Mario Prieto, sobresalieron varios ejemplares jóvenes de martinetes, numerosas garcillas bueyeras y los cantos de algún carricero común.

Grupo de garcillas bueyeras y jóvenes de martinetes en las orillas del río Bernesga (León)

Qué importante es siempre dejarse aconsejar e incluso guiar por personas que conocen el territorio. Os aconsejo que sigáis la cuenta de Mario Prieto en Facebook para que comprobéis todo lo que observa y sabe sobre las zonas más naturales de la ciudad de León (también sobre su historia y arte). Si vais por esta hermosa ciudad, es muy probable que os lo encontréis con su cámara de fotos retratando lo más natural de la misma.

Tras un paseo por el monte de Los Ángeles de Torrelodones (Madrid), donde no faltaron buitres, rabilargos, currucas y abejarucos, encaminamos nuestros pasos y enfocamos nuestros prismáticos hacia el Maresme barcelonés, con incursiones hacia los parques naturales del Montseny y de Montnegre y el Corredor. De aquí vinieron las ascensiones al mencionado Turó de l’Home y al Turó de Morou.

Pero, sin duda, fue la costa del Maresme, y más en concreto su límite con Girona, en el delta del Torderá, la que más sorpresas pajareras nos deparó. El río Torderá lo seguimos casi desde su nacimiento, ya que comienza su andadura desde cumbres cercanas al Turó de l’Home, en Montseny, y lo recuperamos en Sant Celoni. Sin embargo, por estas fechas, llega exhausto y sin agua a su desembocadura, entre Malgrat de Mar (Barcelona) y Blanes (Girona).

Paneles informativos en uno de los observatorios del delta del Torderá (Girona)

Aquí debería formar un delta, pero el mismo se reduce a una laguna litoral acogotada entre dos campings. En los últimos años, tras alguna que otra borrasca que arrastró mayor cantidad de agua y sedimentos, el delta ha recuperado parte de su ser y la laguna se mantiene. Fue el momento idóneo para aprovechar unos observatorios algo mal ubicados, y empezar a disfrutar con la presencia de chorlitejos y andarríos chicos, numerosas garcetas grandes, algún martín pescador y, muy especialmente, con moritos y gaviotas de Audouin.

El periplo vacacional lo concluimos en la sierra de Béjar (Salamanca), especialmente entre Peñacaballera y Candelario, lugares que por ligazón familiar solemos frecuentar bastante. Aquí nos topamos en buena cantidad con un quinteto de especies estivales que nos ha acompañado prácticamente durante todo el verano allí donde hemos ido: oropéndola y abejaruco europeos y golondrina, avión y vencejo comunes. En Peñacaballera echamos en falta a la tórtola europea (mala señal) y nos hinchamos a ver a la golondrina dáurica, incluido su espectacular nido.

Nido de golondrina dáurica en Peñacaballera (Salamanca)

En la alta montaña de Candelario no podemos olvidar al águila calzada, que ya fue protagonista otro verano en el mismo lugar. En este caso, también durante una dura travesía entre cumbres, nos deleitó con pasadas y vuelos continuos sobre nuestras cabezas. Ayudaron a sobrellevar las caminatas igualmente algunos acentores comunes que, a modo de guías, iban delante de nuestro grupo montañero, como marcándonos el camino a seguir. Collalbas, tarabillas, colirrojos, aviones roqueros y buitres leonados amenizaron las subidas y bajadas por estas cimas.

Claro está, Cigu, nuestra mascota, siempre a nuestro lado, además de disfrutar de este pajareo, no quiso irse sin fotografiarse en lo más alto de estas cimas, como La Ceja (2425 m) y el Torreón o Calvitero (2400 m), además de en el Turó de l’Home y los observatorios del delta del Torderá. Ella volverá a ser una acompañante y protagonista indispensable más en las rutas que ya desde mediados de septiembre comenzaremos a realizar en busca de las aves urbanas de la Comunidad de Madrid.

Un curso más invitamos a tu centro escolar, tu empresa, tu asociación o tu grupo de amistades o familiares a enriquecer esos paseos que soléis dar alrededor de vuestras casas o lugares de estudio o trabajo. Queremos trasladaros cómo se disfruta más de esos paseos si se conoce a nuestras vecinas aladas. Están a punto de irse las estivales, pero pronto volverán las que pasan el invierno a nuestro lado. Y siempre nos quedarán petirrojos, carboneros, gorriones, urracas, pájaros carpinteros, milanos reales, lavanderas o mirlos para alegrar la vida en la ciudad.

Ya sabes, escríbenos a venteaveraves@gmail.com y/o prestad atención al apartado de Próximas rutas de nuestra web (www.averaves.es) que este año prometemos nuevas y únicas experiencias.

 

Cigu disfrutando de excelentes vistas desde la cima de Extremadura, El Calvitero (2400 metros), compartida con Salamanca (El Torreón) y Ávila.
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