Ambientazo primaveral en la ciudad

Con los sentidos puestos en el pronóstico del tiempo para este domingo en Carabanchel, barrio madrileño elegido para la segunda ruta con familias de Aver Aves, no dejamos de disfrutar día a día con la fiebre primaveral que les ha subido a las aves que pueblan cualquier recoveco urbano. El melodioso y notorio trino del mirlo retumba incluso entre los rincones más hormigonados de la ciudad; los machos de muchas especies lucen ya sus libreas más llamativas para llamar la atención de las hembras; y las golondrinas, esas viajeras que llegan ahora de África, nos deleitan con vuelos acrobáticos y vertiginosos.

Sí, es una golondrina en las cuerdas de la ropa de viviendas de un barrio madrileño: tan fácil, tan cerca y tan bonita.

Una vez más, las aves y las labores de prospección y chequeo de parques, jardines y otras áreas urbanas (además de las propias rutas con escolares y familias) nos demuestran que no es necesario, ni mucho menos obligado, planificar una ruta demasiado alejada de la ciudad para contemplar el ambientazo primaveral que nos rodea. Ayer mismo, a 200 metros de casa, en el populoso barrio de Carabanchel, combinamos el avistamiento activo de una de las aves más pequeñas que podemos ver, el mito, con una de las más grandes, la cigüeña blanca.

Es en Carabanchel donde está planeada la siguiente ruta con familias, este mismo domingo, y si el tiempo no lo impide. Nos espera, entre otros, el animal más rápido del mundo, el halcón peregrino, que, también por primavera, regresa puntual a uno de los cinco nidos ubicados en edificios urbanos de Madrid. La pareja en cuestión se prepara para anidar y no faltan los vuelos de caza en busca de palomas, todo con tal de estar bien alimentados y con las pilas energéticas puestas para sacar adelante a la pollada.

Otra muestra de la llegada de la primavera es el «fundido a negro» de las cabezas de la gaviotas reidoras.

Cualquiera de los destinos elegidos en los últimos días (parques Lineal del Manzanares, Pinar de San José, Lineal del Arroyo Butarque, Las Cruces, Aluche, Forestal de Entrevías…) ha servido para demostrar esa efervescencia primaveral que ya viven las aves y que tenemos la suerte de contemplar a escasos metros de nuestros hogares y centros escolares. No hay que tirarse muy alto en las observaciones. Basta admirar la librea que adquieren los muy numerosos pinzones vulgares y pardillos, el insistente trino en plan “huevo frito” de los verdecillos encaramados en lo alto de los árboles o cómo a otra tropa abundante, la de las gaviotas reidoras, se les va «fundiendo a negro» la cabeza.

Todo esto y más (ya están aquí también los aviones comunes; el ruiseñor bastardo “ametralla” con su canto al pie de agua y los trigueros “arrancan el motor” con el suyo) se lo está perdiendo casi el cien por cien de la población urbanita. Por eso, desde Aver Aves seguimos muy cabezotas y no nos resignamos a que la población más menuda (alumnos y alumnas de coles e institutos) crezca sin conocer este mundo maravilloso que bulle a su alrededor. ¿De veras te lo vas a perder? No nos lo creemos. Seguro que tras leer esto nos llamas para interesarte en cómo mostrarte dónde canta y vuela esta biodiversidad con alas cerca del centro escolar de tus hijos o de tus alumnos. Un momento; «¿sí, dígame? Sí, es aquí Aver Aves…“ Os dejamos, que tenemos que atender una petición. Hasta la próxima.

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