Que en plena ciudad de Madrid haya coches, farolas, edificios, centros comerciales, semáforos y asfalto, mucho asfalto, es algo visto, asumido y normalizado por cualquier escolar. Pero eso de que descubran, también al lado del cole, madroños, lavanderas cascadeñas, carboneros comunes, escaramujos y papamoscas cerrojillos les suena a algo desconocido y hasta exótico. Cuatro grupos de cuarto de primaria del colegio Juan de la Cierva de Villaverde disfrutaron por primera vez con una biodiversidad urbana que está deseando darse a conocer, comprender y cuidar.