Cigu, de Benidorm a Peñacaballera

Como sabéis la mayoría, Cigu es nuestra mascota, la mascota de Aver Aves. Su historia, apasionante y aleccionadora, en la que también es protagonista el Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (Grefa), forma parte del repertorio de animación de nuestras rutas. Cigu nos acompaña allá donde vamos, sea un festival de música (Low, en Benidorm) o paseos rurales y naturales por Peñacaballera (sierra de Béjar, Salamanca). A continuación os contamos las sensaciones que ha recibido estos días, desde la suerte de ver pardelas en libertad y jóvenes petirrojos acercándose a sus patas a la tristeza de observar tórtolas europeas y codornices entre rejas en un cámping.

En Aver Aves, aparte del canto de las aves, nos gusta mucho la música, todo tipo de música. Este año intentamos conjugar nuestros gustos con los de Cigu, y vimos que el Low Festival era el que más los aproximaba. Así que allí nos fuimos con ella, para que disfrutara, entre otros, con el «I’m a cuckoo» de Belle & Sebastian, los gorriones y halcones de «Manía persecutoria» de Sr. Chinarro e incluso con el “faisán de mal agüero” de 091.

Cigu se convirtió en una de las protagonistas del festival. Bailó en primera fila con Mucho, Miss Cafeína, Cowboy Lovers, Novedades Carminha, Javiera Mena y El Último Vecino (por cierto, aquí conoció a otra mascota, esta un monito); no paró de buscar camisetas, faldas, vestidos y gorras con motivos de aves; se fotografió con lowers que la paraban y la reconocían; y el propio festival la captó en fotos y vídeos.

Otra cosa era cuando salía del festival. Benidorm no le gustó nada de nada, y el cámping en el que se alojó (Armanello), menos, ya que mantenían enjauladas, para supuesto deleite de los campistas, a tórtolas europeas y turcas, codornices y verderones entre aves exóticas. Y de la masiva e invasiva urbanización de la costa, mejor no hablar. Solo las pardelas, cormoranes y gaviotas que divisamos entre las calas cercanas al Parque Natural Serra Gelada le sacaron del desánimo.

Y de Benidorm a Peñacaballera. Aquí sí que disfrutó a fondo con sus compis, las aves. No se apartó de nosotras en ninguno de los recorridos de pajareo rural que hicimos por este coqueto pueblo de la sierra de Béjar y sus alrededores. Solo un pero, el susto que nos dio un incendio forestal en el cercano pueblo de Montemayor del Río. Afortunadamente, el excelente trabajo de las brigadas de refuerzo contra incendios (BRIF) impidió que las llamas llegaran a los frondosos bosques de robles y castaños de esta zona.

Sí en Benidorm se entristeció al ver tórtolas europeas enjauladas, aquí se alegró muchísimo de verlas en vuelo y picoteando entre los prados y de oírlas entre los bosques mencionados. No se hartó de escuchar los sonidos aflautados de oropéndolas y autillos; de contemplar los cicleos en el cielo de aguilillas calzadas, abejeros europeos, ratoneros y milanos; ni del nervioso picoteo del pico menor sobre los troncos.

Pero con lo que más disfrutó Cigu fue con la confianza de los jóvenes de este año de diversas especies. Los más notorios fueron oropéndolas, pinzones vulgares, colirrojos tizones y petirrojos. La confianza de estos últimos era tan extrema que Cigu los llegó a tener a medio metro de sus patas, para mayor deleite suyo. Eso sí, el trago amargo vino con los gorriones. Cigu nos comentaba al final de las rutas: “cada año vemos menos por aquí”.

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