Mientras que algunas personas y colectivos, desde la educación ambiental, la lucha ecologista y el trabajo vecinal, defendemos que se preserven entornos naturales propicios para la conservación de la biodiversidad y el esparcimiento social y saludable, otras quieren destruirlos. Sí, a estas alturas andamos así. Recientemente abríamos por primera vez aulas al aire libre en Pozuelo de Alarcón, en concreto en el espacio natural de Montegancedo, donde disfrutamos junto a escolares de dos recorridos abrazados por sus pinos, encinas y jaras, entre saludos de pinzones, pájaros carpinteros, currucas, ruiseñores y buitres negros. Aquí mismo quieren construir mil viviendas.