¿De verdad quieren destruir estas aulas en la naturaleza?

Mientras que algunas personas y colectivos, desde la educación ambiental, la lucha ecologista y el trabajo vecinal, defendemos que se preserven entornos naturales propicios para la conservación de la biodiversidad y el esparcimiento social y saludable, otras quieren destruirlos. Sí, a estas alturas andamos así. Recientemente abríamos por primera vez aulas al aire libre en Pozuelo de Alarcón, en concreto en el espacio natural de Montegancedo, donde disfrutamos junto a escolares de dos recorridos abrazados por sus pinos, encinas y jaras, entre saludos de pinzones, pájaros carpinteros, currucas, ruiseñores y buitres negros. Aquí mismo quieren construir mil viviendas. 

Gracias al paraje de Montegancedo se pueden montar este tipo de aulas en la naturaleza. Auténtico bosque escuela

Si cogemos cualquier captura digital o fotografía de la provincia de Madrid se aprecian los retazos –unos más grandes que otros– que quedan del gran bosque mediterráneo que ocupaba buena parte de su noroeste, al sur de los relieves más abruptos de la sierra de Guadarrama. El Monte del Pardo es uno de esos retazos más sobresalientes, pero quedan otros, también precedidos con el nombre de “monte de”: Viñuelas, Boadilla o Pozuelo. Igualmente la Casa de Campo formó parte de ese bosque. Y Montegancedo.

Todas estas masas de encinas, pinos, enebros, jaras y retamas aguantan tras la sustracción de terreno y los cortes que les han provocado diferentes vías de comunicación –carreteras principalmente– y en especial la expansión urbanística. En la última de ellas, en Montegancedo, de unas setenta hectáreas, abrimos por primera vez recientemente aulas al aire libre con la Escuela Activa Mayrit de Pozuelo de Alarcón. Y esperemos que no sea la primera y última vez que lo hagamos.

Las cumbres de la sierra de Guadarrama vistas desde Montegancedo, entre encinas y pinos piñoneros

Los propios escolares nos transmitieron su preocupación porque allí por donde paseamos entre las encinas, pinos piñoneros y carrascos y bellas jaras en flor tienen pensado construir una urbanización con más de mil viviendas. Sí, por el mismo lugar en el que disfrutaron observando el planeo de milanos negros y buitres negros, escuchando los cantos altivos y primaverales de ruiseñores comunes, petirrojos y currucas carrasqueñas y el deambular inquieto de mitos, reyezuelos, pinzones, verdecillos, jilgueros, carboneros, abubillas…

En Aver Aves no somos ajenas a todas estas perturbaciones porque alteran la dinámica de reconexión con la naturaleza que queremos inculcar entre los centros escolares de la Comunidad de Madrid. Defendemos continuamente que, aunque se diga que la Amazonia es el pulmón del planeta, nuestros pulmones son todos y cada uno de los espacios naturales, y en especial los ecosistemas de bosque –también los urbanos– que aún quedan en pie y que acogen nuestras aulas en los parques y al aire libre.

No es posible que les pidamos un compromiso con esa naturaleza que tienen tan cercana, que, una vez conocida de nuestra mano, hagan lo posible por respetarla y conservarla y sin embargo no deje de cernirse sobre ella las amenazas y realidades de vertidos de residuos, talas y podas desorbitadas y a destiempo o la destrucción directa para seguir urbanizando, sea con aparcamientos, campos de golf, centros comerciales o viviendas.

Aplastamiento de los escombros vertidos sobre el entorno Meaques-Retamares, lugar también de nuestras aulas en la naturaleza

Hoy mismo, la asociación Entorno Meaques Retamares, que lucha incesantemente por preservar otro de los lugares naturales que acoge algunas de nuestras rutas, en el límite entre Madrid y Pozuelo de Alarcón, denunciaba la realización de vertidos en este espacio. Podríamos añadir aquí los excesivos desbroces de las orillas de algunos tramos urbanos del río Manzanares y de sus afluentes, denunciados por Ecologistas en Acción y constatados en los recorridos con el alumnado de centros escolares del distrito de Villaverde.

Necesitamos aulas en los parques y en los bosques, pero con parques y bosques. Y no con cualquier parque ni cualquier bosque. No valen zonas verdes urbanas excesivamente artificiales, con un mero planteamiento estético poblado de praderas uniformemente cortadas al ras, sin variedad de árboles, sin setos, sin zonas con vegetación espontánea y silvestre. Y tampoco valen esos bosques entre ladrillos y campos de golf que quieren vendernos los promotores de proyectos urbanísticos como los de Montegancedo en Pozuelo o las lagunas de Las Huelgas en Algete, donde también hemos abierto aulas al aire libre.

Creemos firmemente que la generación a la que estamos educando y cuidando con proyectos como Aver Aves ni impulsará ni tolerará estas marchas atrás en el respeto por nuestro entorno natural. Cada trozo de este último que perdemos supone un espacio menos donde puedan volar, posarse o cantar las aves que tanto les entusiasman, y eso no les gusta nada de nada. Confiemos en esta generación mientras señalamos a la actual.

Infórmate sobre nuestras rutas para colegios, institutos y ampas por parques y jardines de la Comunidad de Madrid

0 Me gusta

¿Quieres compartirlo en Redes Sociales?

Facebook
Twitter
WhatsApp

Recibe las noticias de Aver Aves, apúntate a nuestro boletín