Tengo claro que si hace una semana, con los 30 grados y subiendo que hacía en el Parque Regional del Sureste madrileño, la ruta la hacemos con adultos, alguno o alguna se nos habría rajado. No en vano, ha habido salidas en invierno con familias entre las que hemos contado bajas sobre la marcha debido al frío. Pero, afortunadamente, la tropa la formaban 53 peques con sus cinco profes del Colegio Europeo Almazán, todos y todas ávidos de conocimientos y nuevas experiencias. Aunque la mayoría de las aves, con ese calor, son las primeras que se rajan y no se muestran todo lo que cabe esperar, siempre hay milanos negros, palomas torcaces y fochas comunes que sorprenden al más neófito.