El fantasma del Manzanares

No debería estar en Madrid por estas fechas, sino en África. Sin embargo, cada vez se asienta más una pequeña población invernal en el centro peninsular, río Manzanares incluido. Dimos con este martinete en el último safari urbano de Aver Aves con familias amigas del grupo de consumo Ecomillas. Fue una mañana que obliga a mimar lo que nos deja en la retina y en la memoria: por las aves vistas (32 en un paseo de unas tres horas) y por el entusiasmo y admiración que caló, no solo en este grupo, sino también en chavales que pasaban y se sorprendían de lo que veíamos a través de prismáticos y telescopios. “¿Pero qué miráis si no se ve nada?” “Al fantasma del Manzanares”. Alucinaron al verlo.

No es de extrañar que inviernos como el presente, con profusión de días soleados y temperaturas anormalmente altas, despiste al más pintado. Hace tiempo que en Madrid nos hemos acostumbrado a que la cigüeña blanca o la abubilla, antes plenamente migradoras que buscaban el continente africano al acabar el verano, sean habituales entre la biodiversidad urbana y nuestros paseos pajareros. Ahora hay que añadir al martinete.

Esta pequeña garza es la típica que pasa desapercibida para la gran mayoría de los viandantes, por no decir de todos. Permanece inmóvil durante el día entre la espesura del bosque de ribera, para pasar a un modo más activo cuando cae la tarde. Que se quede con nosotros en invierno tiene una ventaja: ese bosque de ribera pierde sus hojas y delata más su presencia. Aún así, es muy complicado dar con él. Pero no para Aver Aves y los amigos y amigas que nos acompañan en nuestras rutas.

El pasado domingo lo pudimos comprobar en un tramo urbano del río Manzanares, escogido para realizar una ruta con el grupo de consumo Ecomillas. La escena estaba plagada de lirismo: un violinista tocaba al borde del agua, parecían replicarle los trompeteos de gallinetas y zampullines y una garceta común huye al notar nuestra presencia; pero no el martinete, que se siente más seguro entre la maraña de ramas de sauces y álamos.

No nos cansamos de decirlo: si os venís con Aver Aves veréis especies y viviréis momentos que se pierden el 99,9% de las personas que recorren esas mismas zonas verdes urbanas. El pajareo del domingo con peques y grandes también deparó vuelos de cigüeñas, cernícalos, gaviotas y cormoranes; inquietos picoteos culinarios de bisbitas, andarríos, mosquiteros y lavanderas; acrobacias en los árboles de mitos, herrerillos y carboneros; y hasta repertorios de trinos más bien primaverales de petirrojos y mirlos.

No quisiéramos cerrar esta entrada sin acordarnos de una propuesta para renaturalizar el río Manzanares que ha hecho en estos días Ecologistas en Acción . Al martinete, como a otras muchas aves, le gustan las riberas vivas, con vegetación, en lugar de las hormigonadas. De ahí que compartamos la idea de devolver al Manzanares su faz más natural, eliminando el gris encauzamiento que sufre en su tramo principal por la capital.

No hay color entre lo que se ve y se siente más allá del puente de Los Franceses y del “nudo sur” y lo que queda dentro de los límites de Madrid Río. A las puertas del Día Mundial de los Humedales (2 de febrero), la decisión de llevar a cabo esta propuesta sería una buena manera de celebrarlo.

Para finalizar, como siempre, animamos a los centros escolares cercanos al recorrido realizado, a que se vengan a disfrutar de esta biodiversidad a pie de aulas y casas. Son, entre otros, los colegios Juan de la Cierva, Los Rosales, El Espinillo, Nuestra Señora de la Fuencisla, Antonio de Nebrija, San Fermín, República del Brasil, Juan Gris Villanueva de Cañada, El Greco y La Natividad; e institutos Tierno Galván, El Espinillo y Villaverde.

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