A estas alturas no vamos a dejar de admirar a los carboneros, petirrojos, lavanderas y gorriones, pero en las rutas con Aver Aves y las aulas en los parques que abrimos, las sorpresas más notorias llegan de la mano de las aves más grandes. “¿Cómo va a ser aquello un buitre? ¿Aquí, en plena ciudad?” A esta reacción podríamos añadir la extrañeza y emoción de ver en zonas urbanas gaviotas (incluida una argéntea), milanos, garzas, cormoranes o aves del tamaño de una paloma que no son palomas, como los pájaros carpinteros. Y, ya sabéis, sin jaulas, rejas, vallas ni fosos, al natural, en libertad; todos los días, al lado de centros escolares, casas y lugares de ocio y trabajo.