Encaramado en un álamo, con la vista puesta en la M-30, un verderón parece retar al tráfico rodado e intentar eclipsar el ruido de los coches con su fervor canoro pre-primaveral. Para nosotros lo consiguió, y de paso le hizo un homenaje natural a Félix Rodríguez de la Fuente, ya que cantaba desde la pequeña alameda ubicada en el también recogido parque madrileño que lleva su nombre, en el barrio de Prosperidad. Un homenaje oportuno, ya que mañana se celebra el 35º aniversario de su muerte en un accidente de avioneta en Alaska.