Pollitos de fochas, gallinetas y ánades en ríos, estanques y lagunas; jovenzuelos de mirlos entre la hojarasca de los setos de los parques; crías de golondrinas en una rama, esperando la llegada de los progenitores con comida; y piar inquieto con la misma ansiedad “culinaria” de las de aviones y vencejos comunes en oquedades en voladizos de edificios. Este es el panorama que nos encontramos en los recientes paseos con peques o de inspección por parques y jardines urbanos. Un motivo más para salir a ver aves con Aver Aves.