«Gorriones» vestidos de carnaval

Seguro que si hablamos de carnaval en torno a las aves enseguida se nos vienen a la memoria y la vista el pavo real, el ave del paraíso, colibríes o tucanes. O, ya en España, la abubilla, el abejaruco, el flamenco y hasta la avutarda y su espectacular rueda durante la ceremonia de cortejo. Sin embargo, preferimos centrarnos en especies mucho más cercanas, en aquellas que para la gran mayoría son “gorriones” porque tienen su tamaño pero que en carnaval, y siempre, muestran colores que suelen pasar desapercibidos.

Hablamos de la careta y babero anaranjado rojizo del petirrojo, de la caperuza negra con ojo rojo de la curruca cabecinegra, del rayo turquesa del martín pescador en vuelo, del antifaz y maquillaje negros en la cara del gorrión molinero, de la boina azul del herrerillo común, de la máscara roja del jilguero, de la capa gris azulada sobre traje naranja del pinzón vulgar o del traje estriado con fondo amarillo verdoso del verdecillo. Todos tienen el tamaño de un gorrión común, pero ninguno lo es. Todos parecen que viven lejos de nuestras casas, centros de estudios o trabajo, pero no, viven al lado, posiblemente en el seto o árbol más cercano a ti.