San Isidro
Encarna Esperón. Creadora del logo de Aver Aves
Mi colegio estaba en la calle Gorrión, 1, en la entrada al parque de San Isidro. La situación era bastante irónica: nuestro patio de puro cemento estaba vallado para que nadie pudiese salir al patio natural que teníamos al lado. Eran tiempos de EGB, es decir, nada era como es ahora. De hecho, el parque ocupaba solo una parte de la extensión actual; el resto, montañas de arena y escombro y muchas chabolas, que suponían tal marginación, que hacían que visitarlo no fuese del todo un momento de disfrute. Era casi una situación de peligro; claro, que yo estaba exenta de todo miedo en la zona: un tío mío fue jardinero del parque muchos años, por lo tanto me sentía como en casa, nada podía pasarme si a lo lejos estaba mi tío Tomás. Siempre me supuso un remanso de paz, y veo que se ha extendido esa sensación de tal forma que, hace pocos años, nos pusieron en un ladito una puerta de entrada al descanso eterno…
Las Cruces
Josefina Maestre. Periodista, directora de Reserva Natural (RNE, Radio 5) y editora de la revista Aves y Naturaleza de SEO/BirLife
Que el primer árbol que plantara en mi vida fuera en el parque de Las Cruces no da valor objetivo a este espacio verde de los barrios de Aluche y Carabanchel, pero sí lo posiciona en un lugar inmejorable dentro de mi plano emocional. Que aquella fuera una plantación popular, con gran participación vecinal –en tiempos de “transiciones” –, ayuda, sin duda, a ello. Este parque me acoge y me recoge, me atiende y me destiende; a veces creo que hasta me entiende. Pitos reales, abubillas, cormoranes y ánades reales, junto a otros muchos pajarillos, amenizan los paseos por este `microcampo´ que respira deporte y que me reconcilia con el mundo.
Tierno Galván
Juan Gallego. Padre del APA del CEIP Perú
Hace ya muchos años, y siendo de fuera de Madrid, nos trajeron con 15 años de excursión a Madrid a ver una obra de teatro y, para hacer el día completo, por la mañana nos llevaron a ver el Planetario, que está en pleno parque Enrique Tierno Galván. Ver ese edificio «futurista» dentro de un parque tan bonito, me llamo la atención. Ahora, más de un cuarto de siglo después, sigo yendo al parque, con la familia, y uno sigue admirándose de la riqueza que tiene, pese a estar en el famoso nudo sur de la M-30. Es muy fácil ver varias especies de aves. Destacaría una que primero se la oye, como un relincho, y si prestas atención verás un hermoso pito real. Sí, un pájaro carpintero en el centro de Madrid.