No sabía que estaban ahí

Dos momentos recientes vividos con Aver Aves nos volvieron a demostrar el grandísimo desconocimiento que existe sobre la naturaleza que nos rodea y sobre sus aves. Una ruta con un grupo del Centro de Acogida Municipal para Personas sin Hogar San Isidro de la ciudad de Madrid y una intervención en la presentación del libro Las lagunas de Algete nos lo corroboraron. En el primer caso la sorpresa fue mayúscula al contemplar herrerillos, garzas, gaviotas y grajillas al lado del centro. En el segundo, una gran mayoría de los habitantes de Algete desconoce la existencia de esas lagunas.

Fundamental: lo que no se conoce, o no se cuida o se cuida mal. Fue uno de los comentarios que más se oyeron durante la presentación del libro Las lagunas de Algete, editado por la asociación Barrio Vivo de esta localidad y a la que fuimos invitados a participar. Todo un lujo, compartir ese momento con un colectivo al que tenemos especial cariño, por su defensa constante del patrimonio natural de Algete y por programar a menudo actividades con Aver Aves.

En esa defensa se encuadra la publicación del libro, una manera más de dar a conocer el complejo de las lagunas de Las Huelgas y del Soto de la Heredad, humedal estacional anejo al río Jarama que cuenta con una valiosa biodiversidad. Del acto salió una irradiación positiva que expande las ganas de visitar y conocer este lugar, básico para que el martín pescador, el martinete, los ruiseñores y las nutrias se mantengan aquí y se anulen amenazas como vertidos y la intención de hacer un campo de golf.

Al igual que muchas personas en Algete se sorprenden de la existencia y valía de los parajes naturales que tienen en su municipio, las que acuden al centro de acogida de San Isidro, en el barrio madrileño de Casa de Campo, experimentan una reacción similar cuando les mostramos a “vecinas” que desconocen, como el herrerillo, la paloma torcaz, el estornino negro o la gallineta común.

Una vez más, volvemos a relatar por aquí los enormes efectos beneficiosos que tiene, en general, la contemplación y disfrute de la naturaleza. Un beneficio que se mantiene e incluso amplifica para aquellas personas que por razones de índole social o sanitaria precisan de una atención especial.

La salida con las personas sin hogar del centro San Isidro tuvo un alto grado de implicación y participación. Lógicamente, las aves nos ayudaron un montón. Fue llegar al puente de la Reina Victoria sobre el río Manzanares y todas se quedaron sorprendidas de que allí, sin movernos, mirando a un lado y a otro del cauce, viéramos garza real, gaviota reidora, gaviota sombría, ánade azulón, ganso del Nilo, gallineta común, gorrión molinero, paloma doméstica…

Les animamos a que en grupo o por su cuenta, no desaprovechen la ocasión de repetir estas experiencias tan agradables y saludables. Sobre todo porque, aparte de este tramo de Madrid Río, tienen también muy cerca la Casa de Campo y los parques de la Bombilla y del Oeste, con lo cual se multiplican las posibilidades de salir a saludar también a carboneros, pájaros carpinteros, pinzones, colirrojos y lavanderas, entre otros muchos.

Cerramos con otra imagen recogida en estos últimos días, la de peques con su familia mirando también hacia el río Manzanares. En este caso en un tramo donde el cauce está casi sepultado por el cruce de carreteras conocido en Madrid como “nudo supersur”. Miraban sorprendidos al mismo bullicio que contemplamos días antes bajo el puente de Reina Victoria, con garzas, gaviotas, ánades y gallinetas como protagonistas.

Ya sabéis, si queréis pasar de la sorpresa al conocimiento, y de ahí a la admiración y las ganas por conocer más y cuidarlo, aquí nos tenéis. Seguimos abriendo aulas en los parques.

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