Palomeras, cuna de la Marea Verde y de aulas verdes para ver aves

En este barrio del madrileño distrito de Vallecas nació la Marea Verde, que desde hace más de un año es símbolo de la contestación de la comunidad escolar contra los recortes que practica la Comunidad de Madrid en el ámbito de la educación pública. Aver Aves lleva meses descubriendo que también es lugar de acogida para parques y jardines como el Lineal de Palomeras, donde decenas de especies aladas se prestan a protagonizar “aulas verdes” al aire libre con los escolares de los once centros que tienen sus praderas, arboledas y estanques a dos pasos.

En la misma puerta del IES Madrid Sur nace la cuña meridional del parque Lineal de Palomeras. En plena primavera, mirlos y verdecillos cantarines nos parecen decir: “por aquí, por aquí, bienvenidos a esta enorme pantalla acústica natural”. Y es que, mucho antes que la Marea Verde, en este barrio surgió una importante contestación vecinal en los años ochenta del pasado siglo que se negaba a que las escombreras y descampados aquí presentes se sustituyeran por una maraña hormigonada de carreteras con la M-40 como principal referencia.

Esta gran circunvalación se realizó, pero vecinas y vecinos consiguieron que se levantara un parque en el que alomados cerros al pie de la M-40 reducen notablemente el ruido procedente del tráfico. Si no fuera así no hubiéramos podido disfrutar del fragor actual del canto primaveral de las aves. Sobresalen los fringílidos (jilgueros, verderones, verdecillos y pinzones), pero no se quedan a la zaga petirrojos, currucas capirotadas, carboneros y herrerillos. Todos nos volvieron a demostrar que cualquier zona urbana de Madrid ofrece alicientes de sobra para disfrutar entre escolares con su descubrimiento y observación.

Como sorpresas destacadas hay que citar a un grupo de unos cinco luganos, que se dejaban ver en las ramas más conspicuas de retoños de árboles; a un solitario papamoscas cerrojillo; y a parejas de currucas capirotadas muy activas en el ir y venir de seto en seto. Todo sobrevolado por las reinas del quiebro aéreo, las golondrinas comunes. De nota es la confianza extrema de los acrobáticos carboneros garrapinos, capaces de sacarle el máximo provecho a los brotes de acacias y sauces a dos palmos escasos sobre las cabezas de corredores y paseantes, extrañados de ver las nuestras alzadas por encima de ellos.

Dos estanques (con sus ánades azulones y lavanderas blancas), numerosas praderas salpicadas de bellos durillos en flor y arboledas y parterres que combinan cipreses, falsos plátanos, prunos, pinos y olivos, entre otros, amenizan el recorrido por el parque Lineal de Palomeras. Todo un lujo para los diez colegios (Fontarrón, Palomeras Bajas, Gredos San Diego, María Inmaculada, Asturias, Tolosa Latour, Concha Espina, La Rioja, Carlos Sainz de los Terreros y Aragón) y dos institutos (Madrid Sur y Antonio Domingo Ortiz) que, en algunos casos, literalmente, abren sus ventanas a esta zona verde urbana.

Deseando estamos de compartir con alumnos y alumnas de estos centros, y con sus profes, la variedad ornitológica de las Palomeras más verdes. A ver si así formamos una cantera suficiente para que dentro de unos años sea igual de normal y agradable pararse a observar e identificar su comunidad de aves que pedalear, pasear y correr por sus lomas y arboledas.

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