Parques: siempre aves, siempre salud

En estos últimos días hemos visitado, entre otros, el parque Emperatriz María de Austria, también conocido como Parque Sur, en Carabanchel (Madrid), y el de la Alameda de Cervantes, también conocido como La Dehesa, en Soria capital. Uno, recorrido con Aver Aves, y otro, durante una visita a Soria para presentar la Guía de la España rural que acabo de editar con GeoPlaneta, vuelven a demostrar lo necesarias que son estas zonas verdes urbanas para la biodiversidad, la salud y las relaciones sociales al aire libre. Y las aves tiene buena culpa de ello. 

El parque de La Dehesa, en Soria, ayuda a integrarte aún más en una ciudad tranquila y hospitalaria

Desde que comenzamos la actividad con Aver Aves, en diciembre de 2012, hemos visitado 183 parques urbanos de la Comunidad de Madrid, la mayoría, 118, en la capital. Tanto nos hemos acostumbrado y nos reporta caminar entre arboledas, praderas, setos, canales o estanques, que todos nuestros paseos por la ciudad, sean o no para montar aulas en los parques, nos los planteamos para pisar lo mínimo posible aceras sin jardines, árboles o arbustos en los que sobrellevar mejor el ajetreo urbano.

Eso hicimos recientemente en Soria. No habíamos estado nunca, pero enseguida localizamos en el mapa el recorrido más verde posible entre el hotel y Presura, la Feria Nacional para la Repoblación de la España Rural. Allí presentaba mi libro “Guía de la España rural”, recientemente editado por GeoPlaneta. Nos hubiera gustado estar más cerca del río Duero y pasear por sus orillas y los parques que le circundan, pero la opción de La Dehesa no estuvo mal.

Realmente el nombre oficial de este céntrico parque de Soria es Alameda de Cervantes. El de La Dehesa hace referencia a lo que eran antiguamente estos terrenos, una dehesa comunal en la que pastaba el ganado y se trillaba el cereal. Ahora es un pulmón verde con praderas, arboledas (pinar incluido) y una rosaleda, con 83 variedades de árboles y cincuenta de arbustos y, claro está, con mirlos, petirrojos, mitos, urracas, palomas, carboneros… y hasta un búho real que, ultrasilencioso, nos sobrevoló a primera hora de la mañana mientras lo cruzábamos.

Las palomas domésticas contribuyen también a adornar el otoño del parque de La Dehesa

Son las cosas que te pasan si optas por transitar entre lo más verde de la ciudad. Ya hemos dicho por aquí en infinidad de ocasiones lo bien que le viene a nuestra salud darnos estos chapuzones de biodiversidad, también urbana. Por eso nos empeñamos en visitarlos con escolares, como los del instituto Calderón de la Barca de Carabanchel, centro con el que hemos salido por primera vez a abrirles aulas en los parques, en concreto en el de Emperatriz María de Austria o Parque Sur.

Gracias a uno de los profes que se vinieron, Pedro, logramos identificar nada menos que a un halcón peregrino de camino al parque, y justo en uno de los puntos más contaminados de Madrid, la plaza de Fernández Ladreda o Elíptica. Así se hizo más llevadero el tramo más urbano del paseo, ya que antes nos habíamos sumergido entre pinos, castaños de Indias, cedros y plátanos de sombra, entre otros árboles del parque, para disfrutar de agateadores, lavanderas, mosquiteros y gorriones, además de ánades azulones, gansos del Nilo y gaviotas sombrías en su estanque.

En estos días estamos visitando un parque muy conocido (El Espinillo, en Villaverde) gracias a otro instituto muy conocido por Aver Aves (El Espinillo, en Villaverde) porque apuntan cada año a sus escolares a nuestras aulas en los parques. Sí, tienen el mismo nombre. Con ellos acabamos en otro parque, el Lineal del Manzanares. Hay más parques en los que hemos practicado safaris urbanos recientemente: Lineal de Palomeras, en Puente de Vallecas, y La Ventilla y Huerta del Obispo (oficialmente Agustín Rodríguez Sahagún), ambos en Tetuán.

Lavandera cascadeña en el estanque y lavandera blanca en las ramas bajas de un pino, en pleno parque Lineal de Palomeras de Puente de Vallecas

Los tres últimos los hemos visitado con familias de la Federación Giner de los Ríos de la Comunidad de Madrid de Asociaciones de Madres y Padres del Alumnado. Recordamos con especial cariño a quienes se vinieron al parque Lineal de Palomeras. Un peque, Gorka, y su madre, Verónica, acudían con ganas de ver alguna rapaz en la ciudad. Les dijimos que no es complicado observarlas, y que en casi todas las salidas las vemos. Sin embargo, terminó la actividad y, aunque vimos en vuelo muchas cigüeñas y gaviotas, no dimos con ninguna rapaz. Un lástima, fue irse el grupo y aparecer casi seguidos, un buitre negro y un milano real.

Sí, las aves son así de caprichosas. Lo mismo aparecen unas especies que otras. Pero ahí está lo bonito y mágico de ellas, en esa sorpresa. En todas las rutas hay un buitre, una abubilla, un pico picapinos, un piquituerto, una lavandera cascadeña (la vimos por cierto en el recorrido mencionado por el parque Lineal de Palomeras), una cigüeña o una curruca capirotada que te alegran la vista y la vida. Y, sobre todo, añaden aún más bienestar a nuestros paseos por los parques y jardines.

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