Ya lo avanzábamos en la última entrada al blog: no es lo mismo salir de pajareo con niñas y niños de ocho años, e incluso con adolescentes y jóvenes, que con peques entre tres y cinco años. Fuera prismáticos y telescopios y bienvenidas hojas, árboles, sendas, estanques, frutos y setas. Pero, cuidado, sin olvidarnos del desayuno de los pitos reales en la pradera ni del baño matutino de los ánades en el estanque.