Prismáticos en lugar de un televisor

Grullas camino de Extremadura, abejarucos camino de África, cernícalos, águilas reales, gaviotas, jilgueros, verdecillos, colirrojos, lavanderas, cigüeñas, estorninos y, por supuesto, gorriones, palomas, urracas, mirlos y cotorras. No, no es la lista de aves vistas tras un paseo campestre; son parte de la nómina de especies que se ven desde el balcón de un barrio de Madrid teniendo como horizonte un entramado de edificios y antenas. Las rutas de Aver Aves no acaban con la despedida a los escolares, sino que se prolongan incentivándoles para que si, además del televisor en el salón de sus casas, tienen a mano unos prismáticos verán documentales en vivo y en directo desde su ventana.

Abejaruco visto y fotografiado en la ciudad

Somos unas frikis. Nosotras y todas y cada una de las personas que llevamos unos prismáticos casi como apéndice natural colgado del cuello. Ya os hemos contado que tenemos pendiente un post con las “tomas falsas” de Aver Aves, donde describiremos los comentarios y reacciones ante nuestra presencia con prismáticos y telescopios en parques y jardines urbanos. Entre estas reacciones está la de acusarnos de espías, como lo leéis.

Seguro que esta conclusión, o la más común de extrañeza tipo “¿pero qué estarán mirando?”, pasa por la mente de nuestros vecinos cuando nos ven asomados al balcón y las ventanas utilizando el equipo óptico de rigor para observar aves. Hace un par de días nos tiramos media hora mirando y fotografiando a unos abejarucos posados en las antenas de los tejados. Es una de las especies más bonitas que recalan en España, con una forma estilizada de largos pico y cola y un llamativo plumaje de colores amarillos, azules y castaños. Y, sobre todo, una voz muy característica, que se asemeja al sonido de un silbato y nos advierte de su presencia.

La ventana de una casa en la ciudad convertida en un observatorio de aves

Los abejarucos llevaban varios días pasando por el barrio de Carabanchel. Nos pitaban, les veíamos volar, pero continuaban su vuelo hacia la Casa de Campo. Muy posiblemente de trata de escarceos y agrupamientos previos a su marcha hacia el África subsahariana, lugar en el que pasan el invierno. Afortunadamente, también nos deleitaron con varios posados en las antenas. Para el 99% de las personas esta conducta pasa desapercibida. En Aver Aves no queremos que ocurra lo mismo con el 99% de los escolares. Por eso en nuestras rutas les animamos a continuar con la práctica de la observación de aves, incluso desde su casa.

Cualquier entorno vale para entrenarse y practicar esta actividad. Las rapaces, gaviotas, cigüeñas, grullas y verdecillos vistos desde nuestro balcón (ninguno enjaulado, claro) así lo atestiguan. También les enseñamos a orientar la vista y el oído para dar mejor y más rápido con la especie a identificar. Y a tener a mano los prismáticos (y un telescopio, si se puede) para disfrutar con un documental en vivo y en directo, sin necesidad de conectar el televisor.

Guías y prismáticos ganan protagonismo frente al televisor

Es uno de nuestros objetivos, que los prismáticos compartan protagonismo con televisores, ordenadores y móviles en el ocio de niños y jóvenes.  Sería la reórdiga si llegaran a tener incluso más protagonismo. Desde Aver Aves tenemos ese empeño, para enseñarles a mirar y valorar la realidad de nuestra biodiversidad urbana.

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