¿Qué es lo que haces tú aquí, una gaviota en Madrid?

Añoranza, extrañeza, ganas de volver a Canarias… Todo esto se junta en la canción Una gaviota en Madrid, compuesta por el cantautor canario Caco Senante en 1980. Cuarenta y cuatro años después hay aún mucha gente que se sorprende, incluso no entiende, que haya gaviotas en Madrid, a 400 kilómetros del mar. Las hay, por miles. Es cierto que las más numerosas son las gaviotas reidora y sombría, pero en la ciudad de Madrid se han llegado a ver otras menos habituales e incluso exóticas, como las gaviotas patiamarilla, argéntea, cabecinegra, cana, de Bonaparte y de Delaware. Son principalmente invernantes. Algunas ya están aquí, y, por supuesto, serán protagonistas de muchas de nuestras rutas.

Gaviota de Delaware en el embarcadero del lago de la Casa de Campo, en Madrid

Es más que probable que en las catorce rutas que tenemos cerradas para realizar el mes de noviembre por entornos urbanos de Madrid veamos gaviotas en todas. Sus desplazamientos entre los lugares de descanso nocturno, en embalses cercanos a la sierra de Guadarrama, y los de alimentación, hacia vertederos y zonas húmedas del centro y sur de la provincia, hacen que sean fácilmente detectables en el cielo; pero también cuando se posan en lagos, estanques y cauces fluviales urbanos.

“Mirad, hijos, esos patos tan blancos posados en la barandilla”. No nos olvidaremos jamás de esta frase que dirigía un padre a sus peques, apoyados en el murete de hormigón del río Manzanares, muy cerca del Puente de Toledo, mientras observaban una hilera de gaviotas reidoras solazándose sobre una barandilla. No nos quedó más remedio que intervenir: “Perdonad, no son patos, son gaviotas”. Reacción: “¿Gaviotas, aquí, en Madrid, sin mar, cómo así?”

Lógicamente nos tocó explicar de mil amores la razón por la cual hay gaviotas en la ciudad de Madrid, un ave asociada tradicionalmente al mar, aunque Madrid no tenga un centímetro de costa. Y lo seguimos explicando en cada ruta que hacemos, porque aún mucha gente se extraña del aparente oxímoron: gaviotas-Madrid. La combinación de vertederos y grandes embalses ha obrado el “milagro” de esta relación, que viene de lejos y que depara sorpresas casi año a año.

Grupo de gaviotas sombrías en Madrid Río junto a dos gaviotas reidoras, a la izquierda

Concentraciones que sobrepasan los mil individuos, vuelos formando uves de trazado casi perfecto, sonoras peleas entre ellas y otras especies por hacerse con un pez ya muerto, posibilidad de diferenciar a las dos más habituales en Madrid: la sombría –más grande y con el plumaje de las alas más oscuro– de la reidora –más pequeña y blanca, con una mancha negra ligera o más notoria en la cabeza, según la época–…

Todo esto y más deparan las gaviotas en Madrid. Por ejemplo, el pasado invierno constatamos durante varias rutas de Aver Aves la presencia de un ejemplar de gaviota de Delaware en el lago de la Casa de Campo. No es normal, ya que su área de distribución está en Norteamérica. Sin embargo, algunos ejemplares divagantes, posiblemente desorientados tras algún temporal en el océano Atlántico, acaban en las costas europeas. Y hasta en el interior del continente, como ocurrió con el ejemplar de la Casa de Campo.

También durante el pasado invierno vimos una gaviota argéntea en el tramo renaturalizado del río Manzanares, a la altura del Puente de Praga, y hace cuatro años una gaviota patiamarilla cerca del Puente de Segovia. Son las cinco especies que hemos visto durante nuestras salidas con Aver Aves, pero nos consta que hay citas de, al menos, tres especies más en entornos urbanos de Madrid: cabecinegra, cana y de Bonaparte.

Una gaviota patiamarilla, anillada y más grande, entre un grupo de gaviotas reidoras

En febrero de 2020 un ejemplar de gaviota de Bonaparte, igualmente una rareza notoria al frecuentar de manera natural zonas de Norteamérica, estuvo unos días haciendo las delicias de decenas de pajareros que se acercaban a verla y fotografiarla al estanque del parque de Las Cruces, entre los distritos de Carabanchel y Latina.

No sabemos qué nos depararan este invierno las gaviotas en nuestras rutas por la ciudad de Madrid y otros entornos urbanos de la provincia. Lo que sí sabemos es que volverán a sorprender con su presencia a muchas personas y que durante esas rutas nos tocará responder gustosas a esa pregunta que en 1980 se hacía el gran Caco Senante y aún se hacen bastantes madrileños y madrileños: ¿Qué es lo que haces tú aquí, una gaviota en Madrid?

 

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