Posiblemente, uno de los cuadros de Francisco de Goya que reflejan con mayor nitidez el paisaje de la ciudad de Madrid de finales del siglo XVIII es La pradera de San Isidro (1788). Hoy, esa rala pradera que disfrutaban disolutos cortesanos y cortesanas el día del patrón madrileño es en gran parte un parque del distrito de Carabanchel poblado de cientos de cedros, pinos, falsos plátanos, cipreses e incluso palmeras, salpicado de praderas de césped, rías y estanques. Y, por supuesto, habitado por cientos de aves. Este fue el motivo de nuestra visita con la Asociación de Padres y Madres de Alumnos del colegio Perú, que junto a escolares del instituto Anselmo Lorenzo de San Martín de la Vega han protagonizado las últimas rutas de Aver Aves.