El milano real de la Dehesa del Carrascal

Hoy mismo hemos concluido un auténtico maratón de rutas de Aver Aves (seis en total) con primero de secundaria del instituto El Carrascal, de Arganda del Rey. Anunciamos las rutas por aquí, pero lo bueno siempre llega cuando miramos al cielo, a los árboles, los arbustos, los tejados y el suelo y vemos hasta 25 especies distintas. Son las observadas y/o oídas durante esas seis rutas. Por la atención y admiración mostrada por los grupos de escolares, el milano real se llevó la palma. Sin olvidar al alcaudón real.

Compartir el avistamiento de un alcaudón real con un grupo de estudiantes es una de las sensaciones más agradables que nos pueden pasar. Es una de las especies de aves en mayor declive en España. “Cumple los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza para estar incluida en la categoría de en peligro”, nos dicen desde la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), que sabe mucho de esto.

¿Y dónde está lo agradable del asunto? pensaréis. Pues primero en tener la oportunidad de verlo, segundo en compartir la observación con treinta escolares y transmitirles la emoción de ese momento y tercero porque son esos escolares de doce y trece años los que, al verle, se convierten en los mejores embajadores de su protección y la del espacio en el que vuela.

La Dehesa del Carrascal, inmersa en el Parque Regional del Sureste, es una de las mejores aulas naturales al aire libre con las que nos hemos topado. Es una mezcla de pinar de repoblación y cultivos en regresión que poco a poco recupera su vegetación relicta: un encinar manchego entre los que no faltan tomillos, enebros, romeros, coscojas y quejigos.

Y por encima de todo este paisaje, la silueta del milano real. Con cinco de los seis grupos del IES Carrascal de Arganda del Rey vimos a esta bella rapaz, fácil de identificar por su cola ahorquillada y los tonos blancos y marrones anaranjados de sus alas. Las rapaces forman uno de los grupos de aves que más atracción tienen sobre niñas y niños. Incluso al comienzo de algunas rutas nos preguntan: “¿vamos a ver rapaces profe?” Pues vimos dos, milano real y azor.

Pero también se formaron colas expectantes para contemplar a otras aves más pequeñas y comunes, como el petirrojo y el pinzón vulgar. Si encima esto se produce al final de las rutas, cuando se supone que va decayendo el interés del grupo por la actividad, esas sensaciones agradables se acrecientan.

Hemos dicho por aquí igualmente en otras ocasiones que los escolares, al no estar acostumbrados a este tipo de salidas, y menos a la puerta de sus colegios e institutos, también alucinan cuando les pones a vista de telescopio a una urraca o a una paloma torcaz. Es lógico, es la primera vez que ven tan cerca y con tanta nitidez formas y colores de aves que, por muy comunes que sean, suelen pasar desapercibidas para ellos, sus profes y sus familias.

Pues nada, que tan contentos en Aver Aves de que 152 alumnas y alumnos del IES Carrascal hayan comprobado que alrededor de su insti hay mucho más que árboles y pájaros, y que además establecen unas curiosas e indispensables relaciones entre ellos, y también con las personas.

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