El que me despierta a las seis de la mañana

Así, del tirón, “el-que-me-despierta-a-las-seis-de-la-mañana” es el mirlo común. Al igual que “el  huevo frito” es el verdecillo o “el de la carcajada” es el pito real. Viene todo esto a cuento de la interactividad que se da durante las rutas de Aver Aves. En una mañana en la que esperábamos en Carabanchel al animal más rápido del mundo, el halcón peregrino, este no acudió a la cita, pero sobre la marcha se improvisó un taller de reconocimientos de cantos y reclamos de aves. Una muestra más de que con aves de por medio el disfrute está garantizado.

Señalando en la «Guía de aves de España» a «el que me despierta a las seis de la mañana»

Nunca en otra época del año se le escucha tan nítido y vigoroso al mirlo común como en los amaneceres primaverales. Al identificarle en la última ruta de Aver Avesrealizada dentro de las actividades que promueve la plataforma por la escuela pública del distrito madrileño de Latina (Latina ReVerde), uno de los participantes afirmó, sorprendido: “pero si es el que me despierta a las seis de la mañana”. Vale, es una buena opción para adiestrar el oído en la identificación de cantos de aves, relacionarlos con un sonido o experiencia que nos resulte familiar.

La última ruta de Aver Aves tuvo un componente «verde» muy especial. Foto de Antonio Colino.

“Ya no se me olvidará a qué pájaro pertenece”, se comentaba. Es más, alguna persona del grupo afirmó que tras la experiencia de la ruta ya no le iba a sonar tan fastidioso el canto de las seis de la mañana, sobre todo tras ver, oír e identificar tan cerca al responsable de ese repertorio de trinos. Lo mismo decían de las “risotadas” del pito real, al que le habían oído en otras ocasiones ese reclamo tan sonoro pero no ponían cara al susodicho. Tampoco se les olvidará.

La jornada dio para disfrutar de lo lindo con la verborrea primaveral de la avifauna, que entra constantemente por nuestros oídos en estos días. Colocados en un punto escuchábamos a dos voces al “huevo frito” (una manera de identificar al verdecillo es relacionar su canto con el crepitar de un huevo al freírlo) y al verderón, con su “chrrruui” metálico que poco le pega a su grácil y menuda figura de fringílido. También se oían los reclamos más agudos y apagados de carboneros garrapinos y agateadores comunes y el consabido “chi chi pán, chi chi pán, chi chi pán” del carbonero común.

Como se demostró una vez más, las aves casi siempre se dejan oír antes que ver, y de esta manera podríamos seguir con aviones y vencejos comunes, cotorras argentinas, petirrojos, mitos o incluso con el políglota estornino negro, que despista al más pintado con un repertorio en ocasiones repleto de “plagios” de otras especies.

En pleno parque Eugenia de Montijo de Carabanchel, lugar de varias escuchas pajareras.

“¡Qué bien lo pasamos, todo lo que aprendimos y vimos, fue genial!” Qué más podemos pedir en A ver Aves que una sentencia de este calibre hecha por una de las personas que nos acompañó en la ruta de Latina ReVerde. Lo podéis comprobar en la reseña que Valentín Abalo, profesor que también fue de la partida en la ruta, hace en su blog. De eso se trata, de aprender y disfrutar.

No nos cansamos de invitar a otros profes a que prueben las experiencias de Aver Aves, nuestras aulas al aire libre, nuestros safaris urbanos, nuestra manera de poner en valor la biodiversidad más cercana, la de parques, jardines y descampados, la que debemos empezar a conocer y cuidar. A cuidar sobre todo después de saber a través de SEO/BirdLife que algunas de las habituales en nuestros recorridos, como la golondrina común y el gorrión común, están entre las diez especies que más población pierden en los últimos años.

Pero invitamos a valorar y conocer esa biodiversidad urbana de verdad. Nada de cruzarla con los sentidos apagados y no apreciar a “el que me despierta a las seis de la mañana”, “el huevo frito”, “el risotadas” o el “chi chi pán, chi chi pán, chi chi pán”. Alumnas y alumnos del CEIP Nuestra Señora de la Almudena repetirán esta experiencia el próximo martes. Mejor dicho, la ampliarán, ya que nos acompañaron en una ruta en invierno por el Retiro y ahora vuelven con otra en primavera. Habrá nuevas especies, nuevos plumajes, nuevos cantos… y, sobre todo, ganas de aprender viviendo en directo todo lo que nos enseñan las aves. Curiosamente, la entrada al blog de aquella primera ruta tenía de inicio al mismo protagonista que esta, el mirlo común.

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