Las aves del parque de La Elipa y una reflexión

El pasado fin de semana tocó conocer otro parque madrileño, el de La Elipa. Nueva inmersión lúdico-naturalista en un área verde urbana que tiene al “pirulí” de RTVE, la M-30 y las cocheras de la EMT como referencias geográficas poco naturales (habría que añadir el macro-cementerio de la Almudena), pero que, por lo visto y oído, a las aves urbanas ni les va ni les viene. Así que, alumnos y alumnas de coles e institutos cercanos, entremos en el parque de La Elipa con Aver Aves

Imagen del parque de La Elipa con el «pirulí» de RTVE al fondo.

Domina un pinar por momentos cerrado, donde agateadores y carboneros se sienten los amos, y hasta nos pareció oír a los piquituertos que días atrás nos deleitaron con su presencia en el parque de La Ventilla. Pero hay más variedad botánica, en especial en la entrada por el polideportivo del barrio (calle Arroyo de la Media Legua), donde encontramos en incipiente estado de desarrollo una zona de matorral mediterráneo con encinas, madroños y varias plantas aromáticas: tomillo, romero, cantueso…

Para lugar de premio, el IES Francisco de Goya, ya que está prácticamente enclavado en el parque, y en poco rato, además de los comentados, se movían, entraban y salían del centro lavanderas, mirlos, palomas torcaces y domésticas, jilgueros, estorninos negros, urracas, cotorras argentinas y pitos reales. Lo mismo se puede decir del CEIP San Juan Bosco, más pegado a la calle Santa Irene. Aparte de sonar con insistencia como candidatos a una ruta de Aver Aves, “lo tienen a huevo” para apuntarse en la modalidad de centro escolar al The Big Year Spain 2013 que comentábamos la semana pasada.

El pinar es el principal ambiente de este parque.

Como siempre, los petirrojos, con sus voces de alarma y territoriales, no nos abandonaron en todo el recorrido, que además se realza entre los jardines y parterres presentes en la confluencia de las calles José Luis de Arrese y Santa Irene. Aunque aquí nos llamó la atención negativamente una cuestión: los parques infantiles estaban vacíos. Y pensamos: “tampoco es que haya mucha gente paseando, o circulando por el carril bici”. Es cierto, hacía frío y soplaba un viento pelín molesto, pero…

¿Qué nos pasa a las gentes de esta Península cuando en otoño/invierno bajan las temperaturas, el cielo se aploma, llueve (poco) y el aire se pasea con más insistencia? Estamos tan acostumbrados al “sol español” que nos cuesta relacionar el invierno con el paseo al aire libre, incluso en áreas verdes urbanas, donde aleros, portales, techados y, por qué no, la generosa copa de algunos árboles sirven de socorrido refugio ante las lluvias menos intensas.

En Aver Aves también notamos este desapego al paseo invernal. No es raro que nos digan: “qué bien, nos encanta la actividad, es ideal para cuando llegue la primavera”. ¿Y mientras tanto? A colegios como San Juan Bosco, Nuestra Señora de La Merced, Gustavo  Adolfo Bécquer y Espíritu Santo y a institutos como Francisco de Goya o Mariana Pineda les decimos que aprovechen la oportunidad, que ahora, en pleno invierno, hay mucha ave friolera que huye de bosques y ríos y se refugian en parques y jardines urbanos, como el de La Elipa, donde también se acercan verderones, colirrojos tizones, herrerillos, verdecillos…

Y como remate, una recomendación de la que también podríamos tomar ejemplo en España. Este mismo fin de semana se celebra en el Reino Unido el Big Garden Birdwatch, otra manera de disfrutar con las aves que se acercan los jardines de nuestros hogares.

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