Nos quedamos con lo bueno del curso 2019-2020

Vaya curso especial de Aver Aves que hemos tenido en este 2019-2020. Llevábamos cifras de récord. Habíamos conseguido romper definitivamente eso de que las aves son solo para la primavera y que los centros escolares se resistieran a apuntarse a excursiones al aire libre entre el otoño y el invierno. Antes de que acabara febrero casi igualamos las cifras de centros, grupos y escolares de todo el curso 2018-2019, pero llegó el coronavirus. Nos saltamos los lamentos por el confinamiento y las rutas suspendidas. Preferimos recordarlo en positivo con la iniciativa que montamos de #AvesDesdeCasa y hablar de la primera ruta post-cuarentena.

Aves, guías y prismáticos entre mascarillas, coches y ruido

Posiblemente la ruta que hicimos con MediaLab Prado y el Proyecto Ecosistemas dentro de sus talleres de verano #De0a99 haya sido en la que menos especies de aves hemos identificado, solo ocho. Dio lo mismo, las ganas de retomar estas salidas, con las debidas medidas de higiene y distanciamiento, y encima con un grupo tan agradable (gracias siempre a Carmen Haro) compensaron la falta de variedad, que no de cantidad y calidad.

Las decenas, cientos, de vencejos comunes que todavía nos sobrevuelan en Madrid, incluido el centro de la capital donde desarrollamos la actividad, siempre están prestos a contarnos historias sobre sus vuelos casi imparables. Fuera en el barrio de Cortes o en el de Lavapiés, su presencia sirvió incluso para comprobar acrobacias imposibles para entrar a sus nidos por ranuras estrechísimas entre canalones y aberturas en los edificios.

Nos encanta que, sobre la marcha, se rellenen cuadernos de campo con tanto arte y dedicación

Pero hubo más, como una insistente cría de jilguero que, enramada en una catalpa, le pedía comida a su progenitor; o unos aviones comunes que, saliendo de una infructuosa escucha de cantos del entorno del Real Jardín Botánico (aquí en el barrio de Los Jerónimos de El Retiro) por culpa del ruido del tráfico, se “apiadaron” del grupo y dejaron ver sus vuelos no menos diestros.

Eso sí, el premio final nos esperaba en Esta Es Una Plaza, proyecto comunitario para compartir con mucha vida y actividades un espacio al aire libre en Lavapiés. Aparte del mirlo común que se asustó ante nuestra presencia, una majestuosa águila real (gracias Óscar, por ayudar con la identificación) puso el punto final a la ruta, justo cuando nos colgábamos las mochilas para emprender el retorno a casa.

¡El ave rapaz más grande de España por encima de nuestras cabezas, en pleno centro de Madrid! Esa son las cosas que pasan si aprendemos a mirar a nuestro entorno con más cariño y curiosidad: que damos con vecinas que nadie piensa ni por asomo que se muestren en zonas urbanas, con tanto gris y ruido como nos rodea. Tampoco salimos de nuestro asombro, con otras rutas del curso, al ver una polluela pintoja en el renaturalizado río Manzanares, además de volver a dar la bienvenida invernal a las agachadizas chica y común.

Con este grupo de 1ºF del IES El Espinillo batimos este curso el récord de aves vistas en una salida con escolares en la ciudad de Madrid

Incluso nos ha dado este curso para batir el récord de especies identificadas con un grupo escolar en la ciudad de Madrid. Fue con 1ºF del IES El Espinillo de Villaverde. Treinta y una especies en tres horas, incluidas muchas que nadie del grupo había advertido nunca en sus paseos tan cerca de casa y del insti. Hablamos del gorrión molinero, la lavandera cascadeña y el ruiseñor bastardo, pero también del petirrojo, el colirrojo tizón y la paloma zurita.

Este instituto es uno de los que se ha abonado a las rutas en invierno, aceptando que ni el frío ni una lluvia más o menos llevadera, entorpece una buena sesión de pajareo urbano. Gracias a un acuerdo con la delegación de Villaverde de la Federación de AMPAS (FAPA) Giner de los Ríos, durante el otoño y el invierno, escolares de 6 a 20 años, y profes correspondientes, también han comprobado que ese “mal tiempo” no debe ser tan “malo” cuando permite una vida tan desconocida en torno a sus aulas.

Otro recuerdo imborrable de este curso: la última ruta que hicimos antes del confinamiento, con 2ºB del colegio Mesoneros Romano de Puente de Vallecas

Cerramos el curso con 844 personas apuntadas a nuestras rutas (camino de las seis mil desde que comenzamos en 2012), de las cuales 806 son esos escolares entre 6 y 20 años. Como siempre, también ha habido rutas mixtas, con peques y adultos, como la que hicimos por Carranque, en Toledo, o la mencionada de los talleres #De0a99. Entre lo mejor de todo está que se han apuntado ocho coles y dos institutos nuevos y que con ellos hemos descubierto parques y zonas ajardinadas también nuevas en las que habitan unas vecinas aladas la mar de simpáticas.

Nada más. No sabemos cuándo y cómo retomaremos las rutas en el curso 2020-2021. Sí sabemos que una desconocida biodiversidad urbana para el gran público (escolares y profesorado incluidos) nos sigue esperando ahí fuera para mostrarnos toda su variedad y la necesidad de cuidarla. No queremos que en la despedida estival de las golondrinas y los aviones y en la bienvenida invernal de las gaviotas y las agachadizas, estas se encuentren solas. Seguro que desde Aver Aves les presentaremos personas y personitas ávidas de conocimiento y sorpresas.

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