Ver grullas vivas en Madrid

Ver grullas vivas en Madrid. Puede sonar cuando menos chocante este titular. Por un lado, desde hace unos años, una mayor tendencia a alzar más la vista y observar el cielo, a las aves, ha permitido que se extienda lo que no hace mucho se creía poca gente: que desde el mismo centro de Madrid y aledaños se vean bandos de grullas comunes en plena migración, rumbo al sur de la península. Por otro lado, este año, al verlas, con peques o con personas adultas, no puedes por menos que emocionarte doblemente: por observarlas y por recordar que lo están pasando muy mal, muriendo por centenares por culpa de la gripe aviar.

Bando de grullas camino del sur, imagen típica y anhelada de estas fechas

Recordamos siempre con cariño y humor el día que, en plena Puerta del Sol de la ciudad de Madrid, varios viandantes nos miraban con asombro y perplejidad al vernos mantener la vista en el cielo y señalar y comentar con algarabía el paso de un gran bando de grullas comunes. Cómo es posible que aves salvajes de casi 1,30 metros de altura y 2,5 de envergadura alar se vean desde el centro de la capital de España, pensarían algunas de esas personas que nos miraban a nosotras por mirar a las grullas.

Hoy en día, cada vez más personas, de Madrid y de otros lugares de la península, estamos pendientes de ese paso migratorio. Avanzado el mes de octubre esperamos con ansia e ilusión el momento de oír el trompeteo y ver las formaciones en uve de las grullas comunes. Incluso nos alegramos (así somos de egoístas) de que en ocasiones se desorienten y comiencen a dar vueltas sobre un mismo punto, concentrándose decenas de ellas sobre nuestras cabezas hasta que retoman de nuevo el rumbo adecuado.

Imágenes de bandos de grullas sobre Madrid tomadas en estos días

Por supuesto, por estas fechas ya hemos disfrutado, tanto con grupos escolares como de personas adultas con ese paso, que además este año tiene doble motivo para emocionarnos. Desde sus lugares de reproducción, especialmente de Alemania, llegan malas noticias. Cientos de estas zancudas, principalmente en regiones orientales (Sachsen-Anhalt, Thüringen, Brandenburg y Mecklenburg-Vorpommern) han aparecido muertas afectadas por el virus de la gripe aviar (subtipo H5N1).

Emociona ver cómo las supervivientes pasan por encima de nuestras cabezas camino de las dehesas y embalses del sur. Pero cuidado, ni siquiera aquí se libran de la afección del virus. Según informan desde la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), “en los últimos días, grupos locales y observadores han reportado, a través de canales de comunicación no oficiales, la aparición de grullas muertas en puntos como los embalses de Los Canchales (Extremadura), la Sotonera (Huesca) y El Oso (Castilla y León) y la
la laguna de Gallocanta (Aragón)”.

En concreto, la misma ONG precisa que “al menos unas treinta grullas han sido recogidas muertas o moribundas, con síntomas de gripe aviar, en Aragón, según el primer diagnóstico veterinario. Las muestras se han enviado al Laboratorio Nacional de Referencia de Algete para confirmación. También alguna gaviota patiamarilla”. “Por el momento, no existen confirmaciones oficiales ni resultados de necropsias que determinen la causa de estas muertes”, apostillan en SEO/BirdLife.

Grullas en uno de sus lugares de destino invernal, la Siberia de Badajoz

Desde el Diario de Teruel, la periodista Cruz Aguilar informa que “al menos 200 grullas han sido localizadas muertas o gravemente enfermas en el entorno de la laguna de Gallocanta y, a falta de confirmación oficial por parte del laboratorio, todo apunta a gripe aviar”. Recoge testimonios de aficionados a la observación de aves, que detectan comportamientos anómalos en estos primeros días de llegada, ya que entran al dormidero de una forma distinta, “como con reticencias” algo que los especialistas achacan a la presencia de animales muertos en el vaso.

Esperemos que la mortandad no llegue a los niveles de 2023, cuando la gripe aviar provocó la muerte de entre 10.000 y 20.000 grullas comunes en Hungría, durante su migración invernal. Tanto SEO/BirdLife como diferentes organismos públicos advierten que, ante la detección de aves muertas o con síntomas de enfermedad, se debe evitar el contacto directo o la manipulación de los animales y avisar inmediatamente al 112, que tiene protocolizado el tratamiento de las muestras y su envío a los centros de referencia.

Vamos a desear con todas nuestras fuerzas que se recuperen de este impacto vírico tan mortal, que el máximo de ellas sigan cruzando los cielos peninsulares en busca de lugares seguros donde pasar el invierno. Este año más que nunca, cada vez que veamos un grupo de grullas comunes en nuestras salidas con peques o mayores nos alegraremos de verlas vivas en vuelo, y que lleguen y permanezcan en su destino igual de sanas, por el bien de ellas, el nuestro y de los ecosistemas que compartimos.

 

 

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