En nuestro recorrido por parques y jardines de la Comunidad de Madrid (llevamos 95, la gran mayoría en la ciudad de Madrid) nos encontramos siempre lo mejor y lo peor de cada barrio. Lo mejor suele venir de la mano (o de las alas) de las aves y de los escolares que nos acompañan. Lo peor nos llega con las personas que maltratan nuestras zonas verdes y con la dejadez de los ayuntamientos. Esta alianza explica el lamentable estado de deterioro de algunos parques del distrito madrileño de Vicálvaro. Menos mal que siempre aparecen nuestras amigas aladas para levantarnos la moral, como unas coloridas bandadas de decenas de jilgueros y verdecillos.