Supone un gran triunfo que una cuarta parte de un grupo de veinte estudiantes muestre un interés superlativo en conocer, mirar, buscar y preguntar sobre las aves que vamos viendo. Y una gran satisfacción por nuestra parte. Esto nos pasó durante nuestro último pajareo urbano con alumnas y alumnos de cuarto de secundaria del Colegio María Inmaculada de Carabanchel, en Madrid. En unas edades difíciles, donde las pantallas y el cénit de la adolescencia desplazan a cualquier ave como centro de atención, el halcón peregrino, la cigüeña blanca y el pito real lograron desviar esa atención.