Las aves de los descampados: no las ves, pero están

¡Ay los descampados! Lo que hemos descubierto y jugado en ellos de pequeños en las ciudades. Pero la voracidad urbanística los tiene en peligro de extinción. Este que veis en la foto resiste en Madrid en una zona de transición entre los distritos de Usera y Villaverde. Si mucha más gente supiera que, aunque no se vean a simple vista, y gracias a una vegetación aparentemente sin valor, aquí hay jilgueros, palomas, golondrinas, aviones, gorriones, pitos reales, cogujadas, colirrojos… no les dejaríamos degradarse como vertederos para preparar el terreno al asfalto o al parque tipo de pradera y acacias y castaños de Indias. 

Los descampados urbanos albergan una rica comunidad de aves que pasa desapercibida

El descampado está de camino a los parques Forestal de Villaverde y Plata y Castañar. Dirigimos hasta allí nuestros pasos porque hay coles y asociaciones de madres y padres de alumnos de la zona interesados en una ruta de Aver Aves por estos lares. El recorrido estuvo repleto de numerosas sorpresas, pero desgraciadamente la mayoría desagradables.

El descampado mencionado en la entradilla está acosado por los vertidos ilegales, sobre todo en la franja que limita con el aparcamiento que da acceso al parque Forestal de Villaverde. Una lástima, porque se convierte así en un sitio en tierra de nadie, olvidado y seguro que nada valorado, a pesar de ser un clásico lugar de transición entre el campo y la ciudad lleno de vida.

Hermoso ejemplar de olmo autóctono que crece entre los parques Forestal de Villaverde y Plata y Castañar

A su lado, al parque Forestal de Villaverde, como a otros de reciente creación que ya hemos visitado (Cuña Verde O’Donnell y Forestal de Valdebebas) le faltan unos hervores para convertir sus 45 hectáreas en una zona verde consolidada. Si encima los incendios arrasan parte de su superficie de manera recurrente (hay pinares destrozados), su consolidación se demora.

De momento no es nada recomendable recorrerlo a pleno calor por la poca sombra que aporta, aunque hay lugares que no conviene perderse, como un rodal y un talud cercano donde los pinos y almeces dominantes dejan paso a almendros y olivos. Lógicamente no faltan carboneros, abubillas, gorriones, mirlos, pitos reales y agateadores que llevarse a la vista y a los oídos.

Justo antes de dejar el parque Forestal de Villaverde y pasar al de Plata y Castañar nos sorprende un pequeño rodal de olmos autóctonos, algunos de gran porte, pero, lamentablemente también, rodeados de basura y de los rescoldos de los incendios mencionados. Aún así, resisten en un entorno que seguro antaño era más feraz, cuando el arroyo Butarque llevaba agua a esta altura.

En lugar de agua, en el cauce seco del arroyo Butarque en Villaverde hay demasiada basura

Cuando llevaba agua decimos porque el paso definitivo al parque Plata y Castañar es a través del cauce seco, lleno de basura e incluso con las orillas quemadas del Butarque. Una lástima, denunciable en cualquier caso. Cuesta animarse con este panorama, que sin duda deben conocer los escolares del entorno y la población en general, pero las aves siempre salen al rescate y, mirando al cielo llega la recompensa en forma de una lucha por el territorio entre un busardo ratonero y un milano negro.

Esta familia de golondrinas con crías hambrientas alegró el tramo final de la ruta

Los pinos, álamos, olmos de Siberia, cedros y castaños de Indias, están aquí más crecidos y las palomas torcaces y las tórtolas turcas lo agradecen. Pero también las cotorras argentinas, que ahogan las copas de algunos cedros con sus nidos. A estas alturas del verano conviene apostarse cerca de los charcos que quedan tras el riego, lugar seguro para ver cómo gorriones molineros, urracas, verdecillos, verderones y jilgueros bajan a abrevar y asearse.

Para enseñarles lo bueno y lo malo de estas zonas verdes urbanas quedan cerca los colegios Cristóbal Colón, Manuel de Falla, Dámaso Alonso, Nuestra Señora de la Luz, Vedruna y Addis y el instituto Celestino Mutis. Pero siempre nos gusta quedarnos con algo bueno, que como siempre lo traen la aves. Entrando de nuevo en el parque Forestal de Villaverde vimos a un grupo de crías de golondrinas encaramadas en lo alto de una rama para recibir el aporte alimentario continuo que les traían sus progenitores.

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