Cien parques y un nuevo cumpleaños con las aves como regalo

El parque del Gasómetro y los jardines cercanos, en el distrito Centro de Madrid, pegado al famoso Rastro, se han convertido en la centésima zona urbana madrileña visitada desde que comenzamos la aventura de Aver Aves en el curso 2012-2013. Nuestro proyecto educativo consiste no solo en enseñar, sino también en aprender, de los niños y niñas que nos acompañan y de los parques que visitamos. Todo ello sirve para enriquecer las rutas y que, una vez más, se eche mano de ellas para celebrar un cumpleaños, como el que tuvimos por el parque de Las Cruces de Carabanchel con Rosalía y sus amigas.

Cumpleaños emboscados en el parque de Las Cruces

Sin quererlo ni pretenderlo hemos inaugurado el curso igual que lo acabamos, celebrando un cumpleaños con una de nuestras rutas. En junio fue con Manu y en septiembre ha sido Rosalía la protagonista de un regalo sorpresa, inesperado, que ha compartido con sus amigas: descubrir las aves que habitan a escasos metros de su casa. Entre ellos ese “políglota” estornino negro que es capaz de imitar los más variados cantos y sonidos que escucha de forma recurrente, y que lo hace desde una antena cercana a su casa.

Rosalía se merecía esta sorpresa, ya que, a pesar de su corta edad (diez años), había luchado lo indecible para que en su cole programaran una salida con Aver Aves. Lo comentó entre sus amigas y se lo propuso a sus profes, pero no había manera, no conseguía contagiar su entusiasmo, fruto de un primer acercamiento a nuestra actividad en un recorrido de hace tres años, cuando tenía tan solo seis. Emocionante, que a una niña de esa edad se le quede grabado tan hondo lo que nos transmiten las aves.

Las guías siempre ayudan a mejorar nuestras observaciones

A lo mejor en aquella ocasión le impactó que viéramos al animal más veloz del mundo, el halcón peregrino. No menos satisfactorio fue para ella y sus amigas conocer esta vez a vecinas del parque de Las Cruces hasta ahora desconocidas: la solitaria gallineta común en el estanque, el devorador de hormigas y a la par escalador pito verde, la pizpireta lavandera blanca, el inquieto y visitante ocasional (está en plena migración) papamoscas cerrojillo o esa paloma, la torcaz, diferente al resto por su tocado blanco en el cuello.

La lavandera blanca es una clásica de las zonas verdes urbanas

El parque de Las Cruces, entre los distritos de Carabanchel y Latina, es una de las sesenta y nueve zonas verdes urbanas de la ciudad de Madrid que gracias a salidas como la del cumple de Rosalía hemos visitado desde que echamos andar con Aver Aves. A ellas hay que sumar treinta y una más del resto de la Comunidad de Madrid, lo que redondea la cifra total en cien. Como ya avanzamos cuando llevábamos cuarenta y cinco y cuando cumplimos noventa, estas visitas no sirven solo para conocer la avifauna que los habita, sino también para aprender de su historia, evolución y, en fin, de la biodiversidad que encierran y la importancia que tienen como lugar de esparcimiento y respiro en medio del trasiego urbano.

De nuevo insistimos en la vital importancia que tienen estos parques y jardines para nuestro desarrollo personal, en especial en edades infantiles y adolescentes. Lo hemos reflejado ya por aquí: disfrutar y aprender al aire libre, y más en zonas verdes, fortalece las capacidades cognitivas y adaptativas de los más peques.

Una forma muy natural de aprender: sacando las aulas al aire libre

Recientemente, un estudio de la Universidad de Illinois (Estados Unidos), sobre la menor delincuencia en barrios con más zonas verdes, y una propuesta de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) recogida entre las prioridades aprobadas en el último congreso de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, sobre naturalizar las escuelas, constatan la trascendencia de la presencia de “lo verde” a nuestro lado.

Hace una semana, tras una mañana dominical por el Rastro madrileño, redondeamos la jornada acercándonos a investigar si en un entorno tan duro de asfalto y hormigón como es el distrito Centro de la capital había lugar para que mirlos, gorriones, carboneros y palomas torcaces encontraran acomodo. El parque del Gasómetro (el que hace el número cien) nos confirmó que sí, y que además hay varios coles en el entorno que lo pueden disfrutar.

Además de los jardines que prolongan el parque del Gasómetro hacia el paseo de Las Acacias, nos quedó para otra ocasión una zona verde próxima, el parque del Casino de la Reina. Con una combinación de ambos seguro que disfrutarán las alumnas y los alumnos de coles e institutos próximos, como Legado Crespo, Santa María, Emilio Pardo Bazán, San Isidro, Joaquín Costa y La Salle-La Paloma. Espero que alguno de ellos se sume a la lista que ya tenemos de coles que sacarán sus aulas en otoño/invierno a las zonas verdes pegadas a sus fachadas.

Pradera arbolada del parque del Gasómetro
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